Por Rosa Lina Núñez
En estos días que generalmente la gente está en celebración he sentido más de cerca que nunca el dolor y la indignación por los ABUSOS que siguen a diario cometiendo las ARS, el dolor por los que sufren, la indignación por la irresponsabilidad cómplice del gobierno que está obligado a garantizar el derecho a la Salud de la gente y que en su lugar se mantiene indiferente.
Varios testimonios a los que he tenido acceso siguen poniendo al desnudo el gran negocio en el que se ha convertido la Salud del pueblo para el mal llamado Sistema de Seguridad Social que tenemos en el país. La denegación del derecho al Seguro Familiar de Salud del Régimen Contributivo a los pensionados y pensionadas, la denegación del derecho a los servidores públicos a volver al sistema de reparto según lo manda la ley 379-01 y la propia ley 87-01.
La denegación del derecho a una pensión solidaridad a cientos de miles de personas con discapacidad, madres solteras e indigentes establecidas en el artículo 63 de la ley 87-01. La negación del servicio de salud a una persona que ha cotizado durante mas de 20 años y deja de cotizar dos meses y le suspenden el servicio sin importarle que a esa persona se le puede presentar una situación de salud y morir por falta de atención, eso es inhumano, la afiliada o afiliado, paga más de un millón de pesos durante 10 o 20 años, sin usar un servicio de salud, es decir generándole a las ARS, ganancias millonarias, deja de pagar dos cuotas y se le niega el derecho a recibir atención, esa es una gran estafa, es un robo.
La negación del servicio y medicamento a personas con grave situación de salud mental, personas con discapacidad intelectual, con síndrome del espectro Autista, trastorno Psicosocial y otras condiciones de salud mental que NO LOS CUBRE EL SEGURO, y cuyos medicamentos son de alto costo.
La falta de cobertura de los medicamentos de alto costo, cuya carga recae sobre el Estado, en una clara manifestación de la ley del embudo “Lo ancho para ellos y lo estrecho para uno” situación que también se hizo evidente durante la pandemia, mientras el gobierno asumió los altos costos de las pruebas COVID y sus atención, ellos, las ARS, recibieron jugosas ganancias sin ofrecer ninguna atención a sus afiliados y afiliadas, nueva vez se lavaron las manos como Pilato y el gobierno pagó, a costa de los sacrificios del pueblo, que es en definitiva quien pone los muertos y el dinero del presupuesto nacional.
Estos son sólo algunos elementos y testimonio de la deshumanización del sistema de salud de la República Dominicana y del secuestro que sufre la seguridad social en manos de unas cuentas empresas del sector financiero nacional e internacional.
Uno de esos testimonios me decía: “mi madre la cual es dependiente de mi seguro, es diabética e hipertensa, actualmente debido a esa situación se ha complicado con una insuficiencia renal crónica, por eso se está Dializando, en el día de ayer fue llevada al hospital general Plaza de la Salud con una sobrecarga de volumen ósea, una insuficiencia renal crónica descompensada y una neumonía bilateral, por lo que amerita ser ingresada en un cuidado intensivo para lo cual me exigen un depósito de 500 mil pesos, suma extraordinaria con la que no cuento ya que somos una familia de escasos recursos, por lo que necesito la reposición de mi seguro urgentemente y el de mi madre”.
Ese trabajador estaba desesperado ya que por un error humano de su empleador (el Estado) en un proceso de auditoría, cometieron el error de dejarlo fuera de nómina aun siendo empleado de Carrera Administrativa. Lo que queremos destacar aquí no es el error cometido por el empleador, sino la actitud de la ARS frente al caso, que aún con un pago de la TSS en tránsito se niega a dar el servicio a un afiliado que por más de 20 años ha estado cotizando, eso es una estafa.
Con relación a los derechos de los servidores públicos amparados por la Ley 379-81, así como las leyes 87-01, 41-08 y la 107-13 y la Constitución de la República, expresamos nuestra indignación por la indiferencia de las autoridades del Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS) en hacer cumplir ese derecho adquirido, igualmente la actitud incoherente de la DIDA, llamada por ley a defender los derechos de los afiliados y afiliadas.
En torno a las pensiones solidarias, resulta irritante que el gobierno Dominicano otorgue pensiones privilegiadas para algunos sectores, mientras miles de familias que tiene varios miembros con discapacidad viven en la indigencia, sin recibir una pensión digna que por derecho le corresponde, no seis mil pesos de un programa de asistencia social, sino una pensión solidaria que les permita vivir con dignidad.
Otro testimonio es la falta de cobertura de la terapia o tratamiento de la Linfedema. La Linfedema es la hinchazón que causa la acumulación de líquido linfático en el cuerpo, producto de la extracción de ganglios cancerosos en axila, pelvis, ingle o cuello y la aplicación de Radioterapia en estos lugares. El Linfedema ocurre cuando los vasos linfáticos no pueden drenar de manera adecuada el líquido linfático, generalmente de un brazo o de una pierna. Resulta que el tratamiento no lo cubren algunas ARS, dando como resultado que pacientes sobrevivientes de cáncer de mamas que sufren este trastorno, pierdan en algunos casos la extremidad afectada, porque no pueden pagar la terapia y la ARS, NO LO CUBRE.
Otro caso es el de los medicamentos de uso continuo y de alto costo el testimonio de una joven desconocida en el canal CDN 37, que sufre diabetes tipo 1, me desgarró el alma, esa joven pedía con desesperación que el presidente supla oportunamente la insulina rapisa y otros medicamentos que utilizan ella y otras personas para mantenerse con vida, expresa que tiene tres niños y no quiere morir por falta de medicamentos, indica que en la farmacia la insulina es muy cara y no puede comprarla por su alto costo. En un país con una verdadera seguridad social, algo así no pasa, porque la seguridad social le garantizaría a esa joven y a todo paciente diabético, todos los medicamentos que necesite sin retraso, porque con la vida de una persona no se juega y la salud no es un negocio y en eso lo han convertido las ARS.
Si bien es cierto que en este momento el país demanda de la reforma de un conjunto de leyes que fortalezcan la institucionalidad democrática, la transparencia y que se eficientice la gestión pública, comenzando con mejorar la calidad de la educación, no es menos cierto que el mayor reto que enfrentamos lo constituye la transformación del sistema de salud y del Sistema Dominicano de Seguridad Social, secuestrado en manos de los grupos financieros dominicanos y extranjeros.
El robo y el abuso que a diario comenten las ARS y AFP denegando el derecho a la salud y a una pensión digna a los afiliados y afiliadas al sistema de Seguridad Social, ante la mirada indiferente del gobierno y los partidos políticos del sistema. Sin lugar a dudas esta situación está poniendo en riesgo la estabilidad política y social del país, la gente está harta de los abusos y robos de las ARS y AFP, sería muy bueno escuchar qué piensa el presidente sobre todo eso, después de los desastrosos resultados de las mesas de diálogo del CES, en especial la mesa de reforma de la Seguridad Social.
Sería muy bueno que el presidente le expresara a los congresistas de su partido la irrevocable necesidad de una auténtica reforma integral a la Ley 87-01, una reforma que garantice el ejercicio pleno del derecho de todas las personas a disfrutar de un Sistema de Seguridad Social, sin incertidumbre, de acuerdo a nuestra Constitución de la República y los compromisos internacionales.