Foro Ciudadano, en su asamblea extraordinaria 2016, planteó que el artículo 2 de la Constitución, que coloca en manos del pueblo la soberanía, los últimos gobiernos lo han convertido en una pieza de museo.
En teoría, según la Constitución de la República, los poderes del Estado Dominicano se ejercen en nombre del pueblo y para ello se han creado una serie de mecanismos destinados a permitir vínculos orgánicos entre los representados y sus representantes, en una relación que debe garantizar el ejercicio de la crítica, la expresión libre y el derecho a disentir.
Por más de 17 años Foro Ciudadano ha estado presente en estos espacios Estado-Sociedad Civil y ha observado en carne propia como se han ido deteriorando los intentos de institucionalidad, en desmedro la esperanza de un país mejor, plantea Gabino Hernández vocero de la entidad.
Es altamente sospechoso, que, por más de una década de ingentes esfuerzos, de distintos sectores, entre lo que está Foro Ciudadano, para impulsar una ley que regule los partidos políticos y que permita mayor control y participación de la ciudadanía en la escogencia de sus líderes, solo se haya conseguido excusas dilatorias.
No por menos, plantea Gabino, “hoy el sistema de partido está en crisis, no sólo por la burocratización, elecciones caras, falta de democracia interna, alejamiento de los dirigentes de sus bases y desconfianza de los-as ciudadanos-as, sino por la corrupción sistemática, el patrimonialismo, las prácticas clientelares, la manipulación electoral y la presencia omnipresente y voraz de una nueva “clase” político/empresarial colocada por encima de los poderes públicos y la clase política”.
Vemos con pesadez todas las excusas y subterfugios utilizados por las autoridades para cerrar a la sociedad civil la participación en la vigilancia y conformación de la Junta Central Electoral, el Tribunal Superior Electoral, la Cámara de Cuentas y las Altas Cortes, solo por expresar su interés de que estas importantes instituciones queden conformadas por personas independientes, capacitadas y moralmente intachables, que no tengan compromisos ni vínculos partidarios.
Igual dolor expresa Foro, en su asamblea extraordinaria, al referirse a los Consejos Económicos y Sociales, tanto de los ámbitos municipales, como el referido al ámbito Nacional consagrado en el artículo 251 de la Constitución. Se trata de espacios que carecen de legitimidad, con integrantes petrificados y cuyo accionar pareciera estar inclinado a favorecer élites enquistadas y no a la población en general”.
Peor eufemismo son los famosos Comités de Veedurías Ciudadana, decretado por el Ejecutivo como mecanismos para garantizar la transparencia. No hay mayor ejemplo de una paradoja que estos comités, plantó Gabino Hernández, pues la esencia de la veeduría ciudadana ha de ser independiente, con criterios propios y sin integrantes designados por el gobierno, en tal sentido la creación de estos adefesios no es más que una vil cooptación de la fuerza de la ciudadanía para vigilar y demandar.
De igual forma, como Foro Ciudadano, hemos sido víctimas de una serie de decretos que han creado “espacios de concertación” por todo el territorio nacional, en donde se convocan a dialogar fuerzas vivas preocupadas ante una situación agravada por el descuido y la desatención. Estos funcionan como fachada legitimadora o de entretenimiento, pero en el hecho se ven atadas de manos, pues no cuentan con presupuesto para llevar a cabo los planes/acciones concertadas, quedando las mismas a medias o metidas en el archivero.
No hay mejor prueba que lo sucedido con Hábitat III. O sea, con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible, que ha tenido lugar en Quito, Ecuador, del 17 – 20 de octubre de 2016. Se suponía que el Estado Dominicano debió llevar un documento dialogado y debatido con la ciudadanía y, a pesar de nuestras quejas, terminó siendo un esperpento de gabinete, con errores garrafales y falencias propias del desconocimiento de los padecimientos de la gente.
Las estrategias del gobierno a la no participación o a la participación condicionada está clara. El paternalismo, la cooptación, el clientelismo y la exclusión en favor de una oligarquía política/empresarial han sido los mecanismos utilizados para ellos.
Es momento de revertir esta situación, la participación ciudadana debe ser amplia, inclusiva, de consenso. “Como espacio de articulación hacemos un llamado a la ciudadanía a cambiar esta situación, a evitar que la democracia se quede en manos de pocos, a movilizarnos, a recuperar el poder soberano que nos corresponde, a no ceder nuestros espacios, a evitar que artículo 2 de la constitución no sea más una pieza de museo”, precisó la entidad.